Omar Fernández y Víctor Fadul son dos herederos del poder político que acumularon sus respectivos padres, Leonel Fernández y Ramon (Monchy) Fadul.
Omar es hijo de un tres veces presidente de la república y Víctor de un varias veces ministro (Trabajo e Interior y Policía), además de síndico de Santiago, la segunda ciudad más importante del país, posición a la que aspira Víctor.
Pero ambos jóvenes políticos no solo heredaron ese poder político, también heredaron grandes fortunas acumuladas fruto del manejo a discreción de miles de millones de pesos del Erario, que manejaron por 20 años de gobiernos peledeistas.
Los afortunados viven sin la preocupación que tenemos la gran mayoría de jóvenes dominicanos por salir adelante, pues sus padres le garantizaron un futuro promisorio con el dinero del pueblo.
Tanto los jóvenes herederos como sus progenitores critican hoy la falta de seguridad ciudadana del país, cuando no hicieron nada para solucionarlo.
Critican los altos precios de los alimentos, sin embargo ellos no tienen esa preocupación, pues su canasta familiar esta muy bien resguardada.
En las elecciones próximas, tanto febrero como mayo, el pueblo tienen en sus manos premiar a los hijos del PLD o castigar esa herencia maldita.
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